PUNTO DE SOMBRA | La tarde mágica
Vicente Cornelles Castelló
Escritor y periodista
Muchas mujeres iban ataviadas con la tradicional teja y mantilla española (las de siempre, pero qué más da), otros vestidos de setí, castellonero azabache, llevaban en volandas a la Mare de Déu del Lledó. Al mismo tiempo, las bufandas y banderas albinegras se adueñaban de la fuente de la plaza Teodoro Izquierdo.
Aficionados del Club Deportivo Castellón celebraban el ascenso directo del equipo a la Segunda División. Todo era posible, todo era en la ciudad turquesa y naranja en una tarde de domingo en la que anhelos y esperanzas se unían en dos credos, una misma fe. Renacer, creer y rebelarse. Fiesta principal y procesión de la Lledonera, patrona de la ciudad y cambio de categoría del estadio Castalia que entraba en el fútbol profesional.
Cuantas veces he escuchado a través de Signo Deportivo Radio las andanzas del combinado albinegro fuera de su campo, con la voz de Víctor narrando las aventuras, y alguna desventura, del Pam, pam, orellut! en un hilo directo de contacto con los jugadores de la escuadra de la calle Huesca, a lo largo de una gloriosa temporada. Y el Glorioso (solo hay tres en el fútbol español, amén del Castellón también el Alavés y el Atlético de Madrid) hacía realidad las quimeras de muchos castellonenses, aficionados al fútbol, después de tantos sufrimientos, penurias y depresiones constantes. Castellón, en el mapa.
En el de la Religión y creencias con el centenario de la Coronación de la Mare de Déu del Lledó; y en el del balompié español con un ascenso a la categoría de plata del deporte once contra once. Todo se producía en un mismo momento. Mientras, la virgen de los castellonenses salía triunfal del arco neogótico de la Concatedral para bendecir a la ciudad en su anual procesión, el equipo albinegro conseguía su ansiado deseo tras la derrota del Córdoba, su inmediato perseguidor ante el Recreativo de Granada. Estaba pasando. Era real y tangible. La advocación mariana más ancestral de Castellón hacía el milagro. Bueno, la verdad que el ascenso es justo y necesario, pero no desaprovechemos la oportunidad de haber tenido una intercesión divina gracias a la Reina y Señora de La Plana, en una tarde mágica, en un 5 de mayo jubiloso y cuando la primavera entra en Castellón. PPO!
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